Lo efímero y lo contradictorio: Análisis de Yard de Allan Kaprow, 1961-2009
En la imagen podemos ver a varias personas entre un montón de
llantas. En primer plano, hay una mujer saltando; en segundo plano, están unos
hombres platicando, apoyados en una especie de mueble cubierto con una lona (estos
‘muebles’, en realidad son las esculturas de Barbara Hepworth y Alberto
Giacometti, que no se podían mover, del que era el jardín de esculturas de la
galería); y en tercer plano, hay más personas sentadas, platicando entre las
llantas. Al fondo a la derecha, se ve una puerta desde la cual, varias personas
observan la escena.
Este happening llamado Yard,
fue realizado por Allan Kaprow en 1961 en la galería “Martha Jackson
Pollock” en Nueva York.
Los happenings son ‘performances’ que se basan en un conjunto
mínimo de instrucciones, pues si “uno presta atención a los detalles, hay cosas
maravillosas ahí”[1],
en la realidad dada.
Este happening se relaciona con el trabajo de Lucas Samara
(compañero y amigo de Allan Kaprow), quien pasó del plano bidimensional al
tridimensional, para pronunciarse respecto a la realidad, al cuerpo y a estado
mental. También, jugó con la idea de transgresión, de hacer algo que está
prohibido, pues estos artistas pensaban que, así como los doctores tienen
permiso de acceder a partes del cuerpo que nosotros no, los artistas tienen el
derecho de acceder a partes de la realidad que otras personas no. Kaprow y
Samara usaban materiales efímeros para crear un evento efímero que no se
repetirá nunca más, así como la vida.[2]
Otro de sus puntos importantes es olvidar todas las formas
tradicionales de hacer arte para hacer algo nuevo que no remita a la cultura.[1]
Sostienen que el arte se puede encontrar en la vida misma, siempre que se
mantenga cierta mirada que tiene que ver con la vulnerabilidad, el “vivir en
constante asombro espiritual y en desequilibrio interior, significa abandonar
nuestros valores y hábitos, y vivir con el temor de llegar al final demasiado
pronto”.[2]
La obra constaba de un patio hecho de neumáticos gastados y
malolientes, haciendo referencia a los desechos que se esconden detrás de la
sociedad de consumo, y en específico, detrás de la industria del automóvil. Las
cosas que estaban expuestas en la galería no se vendían. La exposición como tal
era una ironía, pues los productos eran expuestos en su obsolescencia y
decadencia, eran improductivos.[3]
“Al hacer que los elementos sean dinámicos a través de la
acción del visitante, el entorno se presenta como un trabajo no congelado,
abierto a variaciones. En Yard, “se alentó a los visitantes a pisar los
neumáticos y tirarlos como quisieran.”[4]
El happening contrastaba con el espacio blanco y rectilíneo
de la galería, con las obras de alrededor y con órdenes como “no tocar las
obras”. Además de que impactó a las calles vecinas, pues provocó sucesivas
visitas de la policía, los bomberos y el departamento de salud; el agua se
quedó estancada en los neumáticos, lo cual provocó que se creara una colonia de
mosquitos, que provocó que los vecinos se quejaran.[5]
Hans Namuth tomó varias fotografías durante la presentación
de Yard en 1961, el mismo fotógrafo
que tomó fotos de Pollock en su taller en 1950. En una de las otras fotografías
tomadas en el entorno de Yard, vemos
a Kaprow arrojando un neumático al aire. Para Jeff Kelley, "Esta imagen no
es solo un documento. Es una invitación a actuar", una invitación a
explorar un nuevo espacio a través de acciones en el espacio-tiempo y de la vida
cotidiana.[6]
En marzo / abril de 1961, se presentó una exposición
"The Art of Assemblage" en el MOMA de Nueva York. Pierre Restany en
un artículo de 1963 hace un enlace: el ambiente es, dice al respecto, como
"una extensión arquitectónica del collage", una forma intermedia
capturada entre el ensamblaje de los primeros años y el happening. Allí
también, la noción tradicional del artista genio se deja de lado en favor de
una colectividad provisional (el grupo social como artista).[7]
Yard se realizó con un grupo pequeño, fue
una especie de ritual en el que la gente tuvo múltiples reacciones: algunos se
mostraron molestos, otros sorprendidos y otros más, insultados; pero muchos
otros, aunque no entendían por qué, estaban fascinados. En esa época se creía
que el propósito del arte era realizar una búsqueda de la eternidad o del fin
último. Allan Kaprow estaba en contra de esto, Yard tenía que ver con la obsolescencia programada, como una
característica de la economía: las cosas están hechas para tirarse pronto a la
basura.[8]
A este artista lo influenciaron la filosofía Zen y las
teorías del azar de John Cage, quien creía que “la música puede ser compuesta a
partir de una serie aleatoria de sonidos cotidianos”, y el Mail Art de George Brecht y Robert Watts (relacionados con Fluxus),
en el que se anunciaba un Delivery Event,
evento que sucedió en Nueva York en 1962, y que consistía en enviar una
cantidad aleatoria de dinero a cambio de un objeto aleatorio. La obra de arte
era la transacción que se daba gracias al azar.[1]
El problema para analizar esta obra es que yo no estuve ahí y
me cuesta trabajo imaginar la experiencia estética que se generó, pero creo que
tuvo que ver con los acontecimientos sucedidos alrededor del happening y no con
el happening en sí mismo. Es decir, si yo veo un montón de llantas en un patio
y me dicen que actúe, pues sí, me pondría a brincar o a platicar, pero después
pensaría “¿esto qué?”. Pero lo importante no es sólo el pensamiento que esta
obra provoca en el momento del happening, sino después. Seguramente, esta
experiencia me provocaría una sensación de extrañeza, que luego, si somos
reflexivos, derivaría en pensar “¿qué quiso transmitir el artista con estas
llantas y en este lugar en específico?, ¿que esto es arte?, ¿por qué?
Es decir, aunque para Kaprow, el arte es una experiencia
efímera, todo suceso tiene repercusiones, hechos, cosas que pasan, y que
después cada quien decide si los interpreta o es indiferente a ellos. En este
caso, la reflexión es que, como ya se mencionó arriba, el destino final de
todos nuestros productos es la basura. Pero esta idea también genera la
siguiente reflexión: ¿el arte está hecho para ir a la basura? ¿el arte se
reduce a su materia? No, la materia es una de los componentes de la obra de
arte.
Según Aristóteles, existen cuatro causas: la formal, la
final, la eficiente y la material. La eficiente es el artista, la formal es la
idea, la material son las llantas, la gente, etc., y la final, la experiencia.
Todas son componentes importantes, pero el arte no se reduce a ellas, sino que
lo artístico del asunto es que existan todas estas, juntas, pero no se reduce a
ellas.
Lo artístico es, irónicamente, el producto de todas estas
causas, o, los productos, que son, la experiencia, la reflexión que genera, y
las reacciones a su alrededor, tanto naturales (los mosquitos), como las
reacciones de la gente (quejas de los vecinos, la policía, etc.). Y es
interesante ver que, ninguna de estas reacciones fue planeada por el artista. Lo
que él tenía eran las cuatro causas, todo lo demás lo dejó al azar.
Por último, en este trabajo de Allan Kaprow, se presenta otra
ironía, pues hizo varios arreglos para asegurarse de que sus obras vivirían
después de su muerte, el 5 de abril de 2006 (atentando contra lo efímero de su
arte y buscando la permanencia). Kaprow señaló que, siempre que sea posible, la
responsabilidad de todo el happening debe ser otorgada a un solo líder. La
forma de la nueva versión dependería del líder, el tiempo, el lugar y los
participantes. Otras personas asumirían el papel de líder, determinando la
forma y recepción de la obra.[2]
Hay permanencia dentro de la varianza, hay cierto control
dentro del azar. Los elementos permanentes son ensamblar las cosas de la
sociedad industrial o de consumo, saturar el lugar elegido, establecer una
interacción con el público y los alrededores. El lugar no tiene que ser una
galería, podría ser una calle, campo o garaje; los productos no siempre son
neumáticos, pueden ser pancartas, como en la versión de Yard (Sign) de Sharon Hayes, o en el Yard (Junkyard) de Josiah McElheny, en el cual no había objetos. Cualquiera
que sea el enfoque adoptado por el reinventador, el efecto de la versión
resultante es interrumpir el silencio de un lugar, conducir al visitante para
experimentar un espacio conocido, de una manera diferente, sin hacer nada más
que participar.[3]
Lo cual al final, es coherente, pues, aunque dejar un legado
parecería ir en contra de su visión de la vida y del arte; la vida, además de
estar compuesta de momentos efímeros, está hecha de contradicciones; y detrás
de esta visión de la vida está la mirada de la vulnerabilidad, de “vivir en
constante asombro espiritual y en desequilibrio interior… abandonar nuestros
valores y hábitos… vivir con el temor de llegar al final demasiado pronto”,[4]
lo cual supone vivir con las contradicciones inherentes a la vida.
_________________________________________________________________________________
Bibliografía
At a Distance: Precursors to Art and Activism
on the Internet, editado por Annmarie Chandler, Norie Neumark, The MIT Press,
Cambridge, Massachusetts, Londres, Inglaterra, 2005.
Corinne Melin, Allan Kaprow:
“Allan Kaprow, Yard 2017-1962”, Garage Cosmos, 2017, p. 4, en línea, https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-01592438/document.
Kaprow, Allan, and Alejandro Galindo.
Ensayo sin título y otros happenings. México, D.F: Tumbona Ediciones, 2013.
MissJbird, “Allan Kaprow YARD,
Part I”, recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=fuWxCtCDj6I (17 de marzo
2020, 10:20 am).
StateoftheArtsNJ, "Off Limits: Rutgers and
the Avant Garde 1957 to 1963", recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=NEgBz3_8Ys8, (17 de marzo de 2020, 9 am).
[1] Cfr. At a Distance:
Precursors to Art and Activism on the Internet, editado por Annmarie Chandler,
Norie Neumark, The MIT Press, Cambridge, Massachusetts, Londres, Inglaterra, 2005,
p. 94.
[2] Cfr. At a Distance:
Precursors to Art… p. 20
[3] Cfr. At a Distance:
Precursors to Art… p. 21.
[4] Kaprow,
Allan, and Alejandro Galindo. Ensayo sin título y otros happenings. México,
D.F: Tumbona Ediciones, 2013. p. 19.
[1] Cfr.
PolymediaTV, “Allan Kaprow: How To Make A Happening (1968)”, recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=qvDUNefAmAQ
(16 de marzo de 2020, 4 pm).
[2] Kaprow,
Allan, and Alejandro Galindo. Ensayo sin título y otros happenings. México,
D.F: Tumbona Ediciones, 2013. p. 19.
[3] Cfr. Corinne Melin, Allan
Kaprow… p. 4.
[4] Corinne Melin, Allan Kaprow: “Allan
Kaprow, Yard 2017-1962”, Garage Cosmos, 2017, p. 4, en línea, https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-01592438/document.
[5] Cfr. Corinne Melin, Allan
Kaprow… p. 4.
[6] Cfr. Corinne Melin, Allan
Kaprow… p. 6.
[7] Cfr. Corinne Melin, Allan
Kaprow… p. 7.
[8] Cfr. StateoftheArtsNJ, "Off
Limits: Rutgers and the Avant Garde 1957 to 1963", recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=NEgBz3_8Ys8, (17 de marzo de 2020, 9 am).
[1] MissJbird,
“Allan Kaprow YARD, Part I”, recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=fuWxCtCDj6I
(17 de marzo 2020, 10:20 am).
[2] Cfr.
MissJbird, “Allan Kaprow YARD, Part I”, recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=fuWxCtCDj6I
(17 de marzo 2020, 10:20 am).
Comentarios
Publicar un comentario